9 de octubre de 2014

10 COSAS QUE UNA MUJER EMBARAZADA NO QUIERE ESCUCHAR


Hoy les presento una lista de las peores cosas que me dijeron o que escuché que le dijeron a otras personas en sus embarazos. Yo personalmente reconozco que no supe cómo responder a muchas de ellas en su momento y, ahora que el tiempo ya pasó, me arrepiento y me hubiera gustado haber leído algo como esto para prevenirme de lo que se venía:

Empecemos con mi drama entonces:

1.- “¡Wow, sí que subiste de peso!”

Lo que me hubiera gustado responder: “¡Pues obvio que he subido de peso pedazo de insensible! Tengo un humano creciendo en mi barriga, no puedo hacer muchos ejercicios y tengo tanta hambre que me comería una vaca entera hasta con pezuñas y cachos”

Consejo: En vez de RECORDARLE a una mujer que subió de peso (tema que la tortura diariamente), mejor dile lo bien que le sienta el embarazo. No menciones el peso en lo absoluto. Te aseguro que ella ya está preocupada por ese tema desde que supo que podría ser madre a los 12 años y se siente miserable cada vez que mira la ropa de su closet que no le entra.  Así que desactiva esa balanza láser que sale de tus ojos porque tu sola presencia le recuerda que la pesarás con tu escáner visual cada maldita vez que la veas.


2.- “¿Estás segura que no son gemelos?”

Lo que me hubiera gustado responder: “Por décima vez en el mes, NO-SON-GEMELOS. En las ecografías sólo se detecta un latido y tu insistencia me está haciendo pensar que tengo obesidad mórbida”

Consejo: Si de verdad te carcome la duda, pregunta una sola vez en todo el embarazo si son gemelos. No lo hagas repetidas veces.  Y si por el contrario ya sabes que será sólo un bebé, no seas tan rata de seguir insistiendo con el tema y mucho menos acompañado con esa sonrisita macabra en la cara. Tu comentario que insinúa que esa mujer está obesa no da risa (o por lo menos a ella no). Con tu insistencia lo único que estás haciendo es decirle que está gordísima y que solamente se justificaría que esté así de gorda si tuviera dos bebés en su panza.


3.- “Ojalá el bebé se parezca a ti”
               
Lo que me hubiera gustado responder: “Discrepo contigo, yo espero que nuestro bebé saque lo mejor de mi esposo y lo mejor de mí. Quisiera que se parezca a ambos”

Consejo: Decir que quieres que se parezca a uno y no al otro da a entender que tienes preferencia por una de las partes y rechazo por la otra. Si tú odias al papá por “X” motivos, ya es tu problema; pero ten en cuenta que como mamá debe ser bastante duro escuchar que rechazan a tu esposo y que el mundo entero espera que tu bebé no se parezca a él. Antes de decir una estupidez como esa es bueno preguntarse: ¿indispongo a la mamá con este comentario?, ¿es el momento indicado para decirle que no tolero a su pareja?, ¿es de verdad necesario que minimice a su pareja para resaltar cosas positivas en ella?. Piensa antes de hablar. Si quisiste decir “ojalá que saque tus ojos” u otra facción física que admiras de la mamá, entonces mejor dilo así de claro y no menosprecies a su pareja.


4.- “Cuando yo estaba embarazada no sufría tanto”

Lo que me hubiera gustado responder: “Tú no sufrías, pero yo sí estoy sufriendo ahora. No me compares contigo porque yo soy un ser humano distinto y cada embarazo es diferente. Yo estoy pasándolo mal y esa es mi realidad”

Consejo: Lo último que espera una mujer embarazada es escuchar lo bien que lo has pasado tú en tu embarazo y encima verse obligada a comparar tu fabulosa experiencia con su propia miseria. Esa mujer embarazada que está jodida de tanto dolor o vómito solamente necesita que la escuches, la apoyes con tu presencia  y/o la ayudes a solucionar el problema en el momento. Si está vomitando como el exorcista entonces alcánzale papel higiénico y ayúdala a recostarse en la cama. Si está con dolor de espalda, dale un masaje; y si la ves emocional, abrázala. Si te está contando lo mal que lo está pasando ni se te ocurra decirle que es una exagerada o que es una quejona y jamás (lee bien) jamás se te ocurra empezar a hablar de ti cuando ella está en su proceso de catarsis. Ponte en acción y haz algo para ayudarla. Si no puedes hacer nada entonces mejor cállate, escúchala y abrázala. Y si no puedes hacer ninguna de las anteriores entonces mejor vete de ahí antes que la frustres más. Así de simple y claro.



5.- “¿Y cómo se va a llamar tu bebé? –Ay, no me gusta ese nombre que has elegido, ¿por qué mejor no le pones este?”

Lo que me hubiera gustado responder: Ese es el nombre que nosotros (los padres) hemos elegido. Si hubiéramos querido tu opinión, te la hubiéramos pedido. Si a ti te gusta ese nombre, entonces úsalo para tu propio hijo. ¿ok?”

Consejo: No hay peor cosa que creerse en el derecho de elegirle la identidad al hijo de otra persona. Si son conscientes que ustedes son personas críticas, entonces mejor esperen a que el tema surja por sí sólo o que los mismos padres pidan su opinión. Si ellos piden su consejo entonces están en potestad de dar su opinión personal, caso contrario no den consejos donde no se los han solicitado. Si por alguna razón no les gusta el nombre que escuchan, mi consejo es que se alegren por la ilusión de los papás, se queden callados, desvíen el tema o por último finjan que sí les gusta. Nunca digan cosas como "ese nombre ya está pasado de moda", "así se llamaba mi mascota", "parece nombre de mujer barata", "ese nombre trae mala suerte", "todo el mundo se llama así" o muchas otras cosas que he escuchado por ahí.  


6.- “A la mujer de la revista se le ve súper bien”

Lo que me hubiera gustado responder: Obvio que a la maldita se le se ve súper bien y es porque está bañada en Photoshop. Le han reducido los rollos de la cintura, le han pulido la celulitis del cuerpo, le han rebajado la hinchazón, los cachetes y la línea negra de la barriga. Encima de todo la maquilla un equipo de profesionales, tiene un staff de asistentes que le hacen todo y seguro está poseída por algún extraterrestre”

Consejo: Jamás comparen el embarazo de una mujer con el de nadie, y mucho menos con el de una actriz famosa. (Para los esposos) por favor, ni se les ocurra comparar el embarazo de sus mujeres con el de sus primas, hermanas, ex enamoradas, mejores amigas y mucho menos con el de sus madres. Si fuera tan fácil seguir un embarazo ideal como el que dicen los libros, yo les aseguro que ninguna mujer embarazada tendría sobrepeso gestacional,  todas comerían alimentos saludables acompañadas de una sonrisa en el rostro y usarían la fórmula mágica para controlar sus hormonas locas y sus dolores crónicos. Pues resulta gente que no es fácil, en realidad es muy difícil, y sólo se ven embarazos ideales en un porcentaje muy pequeño de la población. 



7.- “No importa lo que pase, el bebé es lo más importante”

Lo que me hubiera gustado responder: “Si no existo yo, no existe bebé. El bebé es súper importante pero si yo no estoy bien, no puedo albergar a un bebé en mi vientre. Punto final”

Consejo: Esto particularmente me revienta en el alma porque lo viví a lo largo de mi embarazo. Todo el mundo se dedicó a decirme que el bebé era lo más importante, sentí que me rechazaron totalmente y me hicieron sentir como una máquina de hacer bebés.  Digamos que se presenta un caso de vida o muerte en el que se necesitara elegir entre mi vida y la del bebé, ¿no se supone que nosotros los padres decidimos quién se salva?, ¿a quién se le ocurrió decir “que no importa lo que pase, el bebé es lo más importante”?. Gente, por favor, no cosifiquen a las mujeres embarazadas, somos humanas (no cosas) y sólo nosotras decidimos si damos la vida por nuestros hijos. 


8.- “¡Qué sensible te has puesto!”


Lo que me hubiera gustado responder: “Sí, es cierto que me he vuelto sensible y es porque estoy experimentando muchos cambios hormonales, psicológicos, sociales, físicos, y hasta financieros. Creo que TENGO DERECHO a estar sensible, ¿no lo crees tú?". 

Consejo: No hables por favor de la sensibilidad, de los cambios de humor, de los cambios físicos, ni de ningún otro cambio que sucede inevitablemente en el embarazo. Es como que te quejaras que un adolescente es rebelde, que un anciano tiene arrugas o que un bebé se hace caca en el pañal. Todas son cosas incontrolables, inevitables y propias de cada etapa. Yo te aseguro que esa mujer a la que le repites como disco rayado que "se ha vuelto muy sensible" ya sabe que está insoportable y que muchas veces ni ella misma se soporta. Lo último que quiere es que vengas tú a recordarle lo desequilibrada e incapaz de controlarse que se ha vuelto desde que está embarazada. Un poco de paciencia y de empatía es la clave para atravesar estos periodos. 


9.- “¿No ordenaste la casa hoy? ¿qué hiciste todo el día?”

Lo que me hubiera gustado responder: “No querido, no la ordené hoy ni la ordenaré hasta que se me quiten estos dolores de espalda, estos vómitos y esta fatiga incontrolable. Si la necesitas ordenada, ordénala tú o contrata a alguien para que lo haga. Por si no te habías dado cuenta, yo estoy indispuesta.”

Consejo: Aguantar el embarazo ya corresponde a un trabajo de tiempo completo y te aseguro que no nos rascamos la panza cuando nos quedamos en casa. Es jodido sentirse inútil y así se siente uno con 15 kilos adicionales en el cuerpo. Cada vez que nos agachamos a recoger algo del piso, todos los músculos de cuerpo duelen y todos los huesos suenan. Es imposible seguir una rutina normal ignorando que se está embarazada. Jamás llegues con una actitud demandante y menos con una actitud crítica.No hay peor cosa que sentirse acusada de ser floja o de verse en la obligación de cumplir con tareas imposibles de realizar. El embarazo es de dos y ya suficiente para las mujeres con llevar la carga exclusiva por 9 largos meses, ¿no creen?. Entonces amárrense la lengua y pónganse a hacer las cosas de la casa si la ven desordenada. Nada de criticar. 


10.- “¿Por qué te has puesto esa ropa?”

Lo que me hubiera gustado responder: “Me la puse porque es la única que me entra y la única con la que me siento cómoda. Yo no hablo de la ropa que tú te pones así que limítate de hablar de la mía”

Consejo: La realidad del asunto es que llega un punto en que a una mujer embarazada solo le importa ENTRAR en la ropa y sentirse CÓMODA, nada más que eso. Aunque la ropa sea un pedazo de tela maloliente, esa mujer embarazada se lo pondrá de todas maneras. La ropa de su closet está de adorno y es por eso que la verás repetir atuendos frecuentemente. Los ¾ de la totalidad de su ropa no le entran y el 90% de sus zapatos tampoco. Ahora piensa: ya es suficientemente jodido vestirse como pordiosera como para responder ese tipo de preguntas tuyas donde critican su forma de vestir, ¿no crees?



Yo me identifico con muchos de los puntos de arriba.
¿Alguna de ustedes también? ¿Alguna que tenga una historia similar?

¡Compártelo con quien lo necesite! o mejor aún, ¡compártelo con esos insensibles que se atreven a criticarnos!



2 comentarios:

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