Si bien es cierto, no me salió ni una estría en la barriga, en los senos o en las caderas; sí me salieron unas estrías horrorosas atrás de las rodillas. Sí, leyeron bien, atrás de las rodillas. No entiendo qué pasó. Esa parte del cuerpo ciertamente no se hincha, no crece, no se estira; pero aún así me salieron unas estrías que cuando las vi me puse a llorar. Ya ya ya, seguro piensan que soy una exagerada, pero es cierto, me puse a llorar. Todo mi esfuerzo de echarme cremas 5 veces al día había fracasado porque me olvidé de echarme la crema en esas partes extrañas. Seguro se me resecó la piel y por eso me salieron las estrías, no lo sé. Lo cierto es que no sentí nada, ni picazón, ni dolor, ni hormiguitas, ni nada. Aparecieron así de la nada.
Me cuentan mis amigas que en sus últimas semanas de embarazo es cuando sintieron en carne propia el sufrimiento de su piel. Me describieron a detalle cómo sentían que se les rompía la piel y lo incontrolable que era soportar la picazón. Una de ellas incluso me contó que se rascaba con cualquier cosa que encontraba a la mano, incluidos tenedores y peines! Una verdadera historia de terror, honestamente.
¡Pero alerta a todas las embarazadas! Así como la piel sufre al estirarse, también sufre al desinflarse. Es decir, que existe la misma posibilidad que salgan estrías estando embarazada que después de dar a luz. Así que alerta a los bolsillos porque la inversión en cremas se extiende por varios meses luego del postparto. Vaya tortura! Como si no estuviéramos ya preocupadas por otras cosas.
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| Línea alba. |
Otra de las alteraciones que la piel sufre durante el embarazo y que nadie te dice, es la aparición de la línea alba en la barriga. Aparece a partir del quinto mes de embarazo y es una línea negra vertical que te atraviesa la panza desde el centro de los senos hasta el pubis. Al parecer surge por la cantidad absurda de hormonas que alborotan nuestro cuerpo y, aunque es cierto que no a todas les aparece, las que lo sufrimos la detestamos. De pronto dejas de ver tu barriguita con el orgullo que la veías antes y empiezas a compararla con esas barrigas tersas de las revistas. Te preguntas cómo es que esas mujeres se atreven a ir a la playa luciendo un bikini precioso y un cuerpo envidiable, mientras que tú te quedas en casa con una panza de marrana atravesada con una mancha negra y un ombligo brotado como un chizito (o un corcho). Así es muchachas, un ombligo que antes era inexistente en nuestros cuerpos pero desde que pasamos el sexto mes empieza a brotar como si tuviera vida propia.
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| Vellos corporales. |
Pero nenas, a este punto de mi escrito las barrigas de embarazo están aún lejos de verse como de revista porque hay algo que tampoco nos dicen antes de embarazarnos y se trata de los vellos corporales. Al parecer los odiados pelos en el cuerpo tienden a aparecer durante el embarazo por el desequilibrio hormonal que nos ataca. Y si hay algo de lo que yo siempre me he sentido feliz y orgullosa ha sido de tener la carga genética de mi padre: el hombre sin vellos. Uno puede ser capaz de contarle, sí, leyeron bien, de contarle la cantidad de vellos que tiene en el cuerpo. El tipo tiene con las justas pelusas y yo con mucha suerte heredé esa tendencia. Entonces comprenderán con mucha empatía la sorpresa que me pegué al verme la barriga llena de pelos negros que jamás había tenido. Yo en ese momento no hice otra cosa que calcular mentalmente cuántos meses más de embarazo me quedaban para que desaparecieran. Fue terrible!
Mis amigas, para consolarme en mi desdicha, me contaron que dentro de todo tuve algo de suerte ya que también suelen salir vellos en la cara, el bozo y hasta en los senos.
Con todo lo que les acabo de escribir (mejor dicho, prevenir) me agradezco a mí misma de no haberme hecho esas sesiones fotográficas de embarazo. Estoy segura que con estas historias de terror hubiera terminado más jodida que ilusionada.
Así que panzonas y no panzonas, a tomar nota. Y si tienen algo más que agregar, por favor comenten abajo.
Si se perdieron la primera parte, den click aquí.
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