2 de octubre de 2014

METAMORFOSIS DE LOS SENOS (Parte II). Cosas horribles del embarazo que nadie te dice.

continuación.. 

Pero muchachas, el drama de mis pezones no quedó ahí. Cada vez que me atrevía a explicarle la situación de mis pezones al resto de la humanidad yo sentía que me desmayaba de vergüenza y de asco cuando me aconsejaban siempre lo mismo: “que mi pareja me los formara”. Mi cerebro aún no puede concebir esa imagen mental y la verdad es que creo que nunca podré hacerlo. ¿Cómo es posible que le pidiera a mi marido que me succione el pezón 3 veces al día durante 5 meses para que me forme la teta con su lengua? Guácala! ¿Y las que no tienen marido se los forman ellas solas?, ¿cómo hacen eso?, ¿le piden el favor a alguien más? ¿Esto solamente sucede en Perú?, ¿cómo hacen las mujeres de otros países? ¡Dios mío! Yo jamás pensé en pedirle el favor a nadie y mucho menos a mi novio. No me gustó para nada la idea de desnudarme los senos para que él, como un bebé, me succione el pezón y haga su trabajo. Sentía que si lo hacía le quitaría todo el erotismo a mi cuerpo que yo sé que a él tanto le gustaba.  Eso simplemente no sucedió y jamás sucederá.



Después de varios meses y tras un poco de investigación comprobé que las 20 personas que vivían convencidas que la “técnica de succión del esposo” era lo único que arreglaría mi problema de pezones, estaban equivocadas. Encontré mucha información que decía que mis pezones planos no serían un obstáculo para la lactancia ya que el bebé no se agarraría del pezón, sino de la aureola y mucha información sobre masajes intensos para estimularlos. Así también, encontré información sobre la técnica de la jeringa y sobre un dispositivo llamado Niplette de la marca Avent. Es decir, muchas alternativas adicionales sin tener que involucrar la lengua de mi marido en mis senos.



Técnica de masajes para pezones





Técnica de la jeringa para pezones


Pero bueno, mejor dejo de hablar del sufrimiento de pezones y paso al siguiente tema de tortura: la resequedad de los senos y del calostro. Esto me pasó a mí desde el 3er mes de embarazo y si bien es cierto no fue algo diario, sí fue algo que me duró hasta el final del embarazo. Fue algo bastante doloroso y hasta asqueroso. A veces la resequedad de mis senos solía ser tanta que pude llegar literalmente a sacarme con una pinza pedacitos de mi pezón. Si no me sacaba los pedazos con la pinza, mis senos me picaban terriblemente y me obligaban a rascármelos. Pero ya hemos hablado de la sensibilidad que estaban sufriendo mis senos, ¿verdad? Entonces me rascaba y luego me dolía la teta por rascarme. Mi ginecólogo no parecía estar muy seguro si era resequedad o calostro, pero lo cierto es que dolía! Y cuando me aplicaba la crema para cicatrizar, me ardía! Llegué a sacarme pedazos duros del pezón que a su vez me dejaban huequitos, huequitos que luego me picaban y al final me ardían. Terrible!

Ahora bien, imagínense entonces tener unos senos súper rellenos, inflamados, adoloridos, con las aureolas gigantes, negras, con los pezones descascarados, que te arden y encima de todo tener un marido que tenga una fijación sexual por tus senos. ¡Yo me muero! Este no fue mi caso, felizmente, pero conozco a gente que ha tenido que ser enfática con sus parejas para que dejen de tocarles los senos que a sus esposos tanto les gustaba porque el dolor se les hacía insoportable.

Y eso continúa por todo el embarazo señoras; es más, la cosa empeora en el postparto.
¡Así que ánimo!


Y si quieres seguir leyendo sobre otras cosas que nadie te dice del embarazo, dale click a cualquier enlace de abajo (agrego más enlaces cada cierto tiempo, así que atentas):






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